sábado, 8 de agosto de 2009

UN REGALO ENVENENADO

Me cuenta una "amiga" que fue despedida de la empresa en la que trabajaba, que pasó el momento más tenso, no cuando le dieron la carta de despido, no, sino con lo que ocurrió después.
Imaginaos el ambiente: despido de una compañera de trabajo y al día siguiente ya andan pidiendo pasta para comprarle un regalo, faltaría más, ya que se va, que se lleve un regalito y un recuerdo de todas las trepas y arpías que le han rodeado durante cinco años. Bueno, a lo que vamos.
No se le ocurre otra cosa al jefe, que darle el dinero a un compañero que ha sido uñita y carne durante ese tiempo. Una uña y carne que fue degenerando por meses, convirtiéndose en un ludopata, cocainómano y mujeriego, empeñado hasta las cejas. Qué tentacion...tanta pasta y las maquinitas sonando sin parar. Una cañita detrás de otra y la pasta se fue reduciendo. Tal fue el apuro, que le contó a mi "amiga", que se había gastado el dinero de su regalo de despedida y no podía recuperarlo. Total, que allá fue la chica y acompañado del menda, compra el regalo ella misma.
Con razón cuando abrió la caja, no se movió ni un pelo de sus cejas, ni hubo asombro en su mirada...

1 comentario:

  1. Pobrecilla, que buen recuerdo se va a llevar de esa empresa :(

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